Amsterdam: Anna Frank y más paseo

Después de una noche de muchas horas de descanso, hemos amanecido con un gran sol (por cierto, ayer sólo llovió un momento, lo justo para mojarnos un poco).

Mientras nos duchábamos y desayunabamos seguía luciendo ese gran sol y justo cuando salíamos por la puerta del apartamento: zas, empieza a llover con ganas. Así que paraguas en mano nos hemos dirigido a la casa de Anna Frank, donde teníamos entrada reservada

(Si algún día vaís a visitarla es interesante que, si sabéis cuando vais a ir, compréis la entrada por internet (aquí). Os ahorraréis las colas que siempre hay para entrar. Nosotros hemos entrado directamente, sin hacer nada de cola).

Tal vez un día escriba un post sólo de este tema, pero por hoy sólo comentar que la visita es MUY RECOMENDABLE. El libro está bien (lo leímos hace mucho tiempo), pero una vez en la casa se torna realidad lo que te va explicando: puedes ver en qué condiciones vivían al tener que esconderse de los nazis, cómo intentaron sobrevivir y finalmente cómo murieron en los campos de concentración tras ser delatados. Trae a la memoria la película "La lista de Schindler" de Steven Spielberg, pero el final no es tan "feliz". Realmente sales tocado emocioanlmente y deseando que se cumpla el "Nunca Mais".
Citando a un superviviente de Auschwitz y escritor, Primo Levi, "Una sola Anna Frank nos conmueve más que las innumerables personas que sufrieron igual que ella, pero cuyas imágenes permanecen en la sombra. Y así quizá haya de ser: si tuviésemos que compartir los sufrimientos de todos y fuésemos capaces de hacerlo, no podríamos seguir viviendo".
Al acabar la exposición de Anna, había una exposición temporal títulada "Free2choose. Los límites de la libertad". Muy interesante también.

Después casi dos horas en la casa-museo tocaba algo más amable,
así que hemos paseado a lo largo del canal Prinsengracht hasta llegar a las inmediaciones del museo Van Googh y del Rijksmuseum.
Van Googh debe ser muy interesante ya que el precio del museo es de 11 euros. Así que seguiremos viendo sus cuadros en reproducciones.
Una de las cosas que más nos gusta cuando estamos en el extranjero (y en casa también) es observar a la gente y ver lo que hacen, y hemos tenido ocasión de observar a una gran variedad de personajes interesantes.

Amsterdam tiene un centro ciudad muy bonito y tal, pero al final parece todo muy irreal, una especie de parque temático donde no vive nadie (aunque no sea así). Pero una vez que te alejas de las primeras coronas de canales los edificios empiezan a ser un poco más altos y menos estrechos y la gente parece que vive allí y todo.

Y después de pasear por esa Amsterdam más cotidiana hemos cogido el tranvia por primera vez. No son tan "fashion" como los de Barcelona, pero funcionan muy bien. ... y están integrados en la red viaria, no tienen un espacio sólo para ellos con cesped y todo, sino que se mezclan con las bicicletas y los transeuntes. Algo así como el Tranvia Azul de Barcelona.

De regreso en casa cena y tras "pinchar" en la wifi del vecino (por eso podéis leer esto hoy) y escribir el primer post, hemos salido a dar una vuelta por el barrio. Una calle super transitada por turistas, como ya hemos dicho. Y bueno, qué explicar: pues eso, escaparates con señoritas con muy poca ropa (en el turno de noche parece que están mejor que en el turno de mañana), locales con shows en directo (eso pone en la entrada), algun que otro bar y mucha, mucha gente de todo tipo. Interesante.

Y de vuelta a casa: a la piltra que mañana queda más por hacer.

Bona nit.

PD. Para quien le interese: ha llovido fuerte mientras estábamos en la casa de Anna Frank y en un momento de primera hora de la tarde. El resto del día bastante sol, aunque la temperatura es fresca.